sábado, diciembre 17, 2005

Re_cuerdo




En el mismo instante que sus dedos abandonaron mi pelo, sabía que ese detalle, sería el ultimo recuerdo que podría retener de ella.

-¿cómo me pongo?-
- da igual, siéntate en esta silla-

Le acerque una silla de madera, se sentó en ella, como si estuviera en un examen, yo a unos dos metros, la miraba entre cerrando los ojos.

-¿No te gusta?.......¿dime? -

seguía mirándola y notaba que algo no funcionaba.

-¿Te gusta leer?-, le dije, mientras seguía dándole vueltas a la cabeza

-sí, sí..ahora me estoy leyendo la segunda parte del código da Vinci-

-ah-

¿cómo que ah? Dijo, levantando la ceja.

-bueno, pues que yo no me he leído nada de Dan Brown.....pero bueno, que Ángeles y Demonios no es la segunda parte, si fuera el caso, seria la primera parte, que tampoco lo es, son novelas independientes pero la fama del código da vinci, ha “resucitado” a los Ángeles y demonios-.......................-quédate así-

-¿y tu que lees?-

-Nada, -

-¡Nada!-.....no te creo,....si en la facultad estas todo el día con libros en la mano, en la cafetería, en las escaleras... si nosotras nos preguntamos que será lo que tanto lees.-

-bueno, pues lo que leo, o intento leer, no tiene sentido. Es un libro que se tiene que leer con un espejo.

Se rió y dijo -¡¡¿Si?!!!- esta escrito al revés??!!-

-No, al revés estamos nosotros, el está bien.-



se levanto, me miro a los ojos, y llevo su mano mi cabeza.

lunes, diciembre 12, 2005

Mi no espejo


Me despertó el frenazo de un coche, o eso creí. Después de un rato, harto de mirar el techo del cuarto decidí levantarme. No aguantaba más, fui directo al baño, tenía que orinar.

A la vez que expulsaba la orina mantenía mi desequilibrio con la mano izquierda apoyada en la pared, sin ella mi equilibrio se encontraría en la horizontal del suelo.

Cuando creí conveniente, tire por la cisterna, mire embobado como se formaba el remolino en el inodoro y se llevaba todas las impurezas.

Abrí el grifo del agua fría y mientras me lavaba las manos, intente mirarme en el espejo, pero no me encontraba. No es que fuera transparente, ni que me hubiera ido por el inodoro junto con la orina, simplemente que esa persona que pensé estar viendo en el espejo, estaba seguro que no era yo.

Existe un tiempo, un periodo de tiempo, en muchos casos ínfimo, que transcurre desde el instante en que nos miramos en el espejo y el momento en que nos reconocemos en él.


Ese instante....técnicamente mediado por la visión, me confirma que la persona que veo con los ojos en el espejo, me confirma que ese no soy yo.